jueves, 11 de agosto de 2011

El que busca, encuentra

 por: Beatriz Andrade
http://proyectoplana.blogspot.com/

Cuando te pones a pensar en el planteamiento del Plan A, y dices yo me quedo en Venezuela porque así lo decidí y quisiera contagiar a los venezolanos para que se unan en este proyecto, surge una que otra inquietud. ¿Cómo hago? Es la primera cosa que te preguntas, ¿qué es lo que tengo que hacer? ¿A dónde tengo que ir? ¿Con quién tengo que hablar?, así van apareciendo miles de interrogantes, que poco a poco comienzan a responderse solas.

En algún momento pensé que debía buscar personas exitosas que estén en el país, para que cuenten sus experiencias, y así tratar de impulsar este proyecto sobre la base de realidades que ya existen hoy en día, de historias positivas que puedan servir para motivar a quienes tal vez hoy los invade el pesimismo, la impotencia, la tristeza muchas veces, y están pensando que la mejor opción es dejar esta tierra para buscar un mejor futuro lejos de aquí.

Aquí es donde cabe la frase “el que busca, encuentra”. Tu solo te detienes un momento, miras para los lados, y vas a encontrar gente “exitosa” hasta debajo de las piedras. Las comillas se deben a que el éxito del que hablo no tiene que ver necesariamente con gente millonaria, famosa, con grandes negocios o metida en la política, es gente trabajadora, luchadora, sencilla, que ama su país y sabe que un futuro mejor para Venezuela depende de cada uno de nosotros y de hasta qué punto estamos dispuestos a comprometernos con la tarea de sacarla adelante.
Podemos hablar por ejemplo de la Vinotinto, nuestra selección nacional.



Que orgullo ver como el trabajo en equipo, el esfuerzo y la constancia de los jugadores, entrenadores, técnicos, el apoyo de patrocinantes que creyeron en un proyecto a futuro, en fin, la suma de muchos factores que algunos tal vez desconocíamos, fue lo que hizo posible que un país entero sintiera cosas increíbles y vibrara unido con la reciente actuación en la Copa América.

Otro ejemplo fantástico el de una fundación que conocí hace poco y que me ha enseñado que no importa cuán adversas puedan ser las circunstancias que vivimos, siempre se puede salir adelante y creer en los sueños porque se hacen realidad. Se llama Fundhea (Fundación Historia Ecoturismo y Ambiente). Están trabajando como hormiguitas para rescatar nuestra historia a través de recorridos por lugares hermosos e interesantes, dándonos la posibilidad de conocer los hechos y personajes que son parte de nuestro pasado, logrando despertar la curiosidad y el interés por saber más acerca de nuestras raíces. Los mueve el amor por su país, no tanto el beneficio económico que pueda representar su trabajo, porque la idea es que mucha gente pueda tener acceso a estas actividades. 



Junto a ellos pude conocer los fortines del Ávila, recorrer el camino por donde se llegaba hasta La Guaira desde Caracas en tiempos de la colonia. Ver caer el sol en la cima de una montaña, donde por un lado podía ver la ciudad y por el otro la inmensidad del mar, presenciar un atardecer mágico a pocos kilómetros del caos donde vivimos sumergidos, es algo que no tiene precio. Definitivamente necesitamos multiplicar esta iniciativa por todos lados, si en cada ciudad tenemos la posibilidad de reencontrarnos con nuestra historia y a la vez disfrutar de la naturaleza fantástica que nos rodea, estaremos sembrando conciencia y valorando las cosas hermosas que tenemos por todos lados. Así que trabajo hay de sobra, y estoy segura de que gente con ganas de hacerlo también.

Buscando y buscando encontré también un blog genial, se llama Caracas Ciudad de la Furia, de verdad es fantástico. No conozco personalmente a su autora (todavía), se llama Mirelis Morales. Me impresionó la dedicación y la entrega con la que escribe sobre esta ciudad tan complicada como interesante. Es una forma muy original de animar a la gente a conocer la ciudad, pero sobretodo a respetarla. Cuando consigo cosas como ése blog voy confirmando cada vez más que somos muchísimos los que andamos en este camino del Plan A, que tenemos que difundir todo lo bueno que está pasando a nuestro alrededor y no dejarnos arrastrar hacia el pesimismo y la monotonía de pensar que nada va a cambiar y que vamos de mal en peor. No se trata de ignorar la realidad y actuar como si todo fuera color de rosa, se trata de mirar las cosas a través de otros cristales. Leyendo lo que escribe Mirelis en su blog uno se contagia una energía positiva increíble y para mí ha sido una inspiración y un ejemplo. Ya quisiera yo que estas líneas llegaran a tanta gente y sobre todo que logren despertar conciencias y llenar de ánimo muchos corazones. Trabajaremos para que así sea.

Retomando esas palabras que me hicieron reflexionar, pienso que “buscar” significa trabajar muchísimo, ser constante, perseverante, dedicado, tener mucha fe y esperanza, ser solidarios siempre y con todos; de esa manera vamos a “encontrar” la Venezuela que está ahí delante de nosotros, que ha estado desde siempre esperando con amor el momento en que le demos el lugar que merece, que la valoremos y la pongamos muy en alto.

Caracas y La Guaira se unen en el Ávila

EL NACIONAL - Domingo 07 de Agosto de 2011 Ciudadanos/1
 Ciudadanos
ESPARCIMIENTO La Fundación Historia, Ecoturismo y Ambiente cumple cuatro años
La ruta Los Fortines del Ávila al Atardecer permite disfrutar de fastuosos miradores naturales
LILIA MALAVÉ G
lmalave@el-nacional.com
La vertiente norte del cerro Ávila esconde un paraje desde el que es posible contemplar el atardecer más bello imaginable. Es el Castillo Negro, cima que albergó hace tres siglos uno de los fortines que formaron parte del sistema creado por los conquistadores para defender Caracas.
Hoy, sólo quedan los cimientos, pero el lugar es un oasis: de un lado se observa el mar Caribe con un paisaje sin mácula y del otro, el oeste capitalino como una postal, en un silencio que sólo la naturaleza puede ofrecer.
Subir a la cumbre es posible gracias a la iniciativa de la Fundación Historia, Ecoturismo y Ambiente, ONG que se dedica a la creación y promoción de recorridos turísticos a precios económicos y al rescate del valor patrimonial de sitios que, por ser parte de la cotidianidad de los caraqueños, no se consideran importantes como opción de esparcimiento. "Queremos enseñar la historia desde el lugar de los hechos", explica Derbys López, miembro de la organización.
Con motivo de la celebración del cuarto aniversario, Fundhea ofrece la ruta Los Fortines del Ávila al Atardecer, que permite adentrarse en la montaña, conocer su historia colonial y recrearse con privilegiados paisajes.
No hay que ser alpinista.
La ruta comienza en Puerta Caracas. "Se sube por el Camino de los Españoles, que data del siglo XVII y fue utilizado hasta 1845 como ruta militar y de comercio, que conectaba con La Guaira", recuerda López. La construcción del primer trazado de la carretera vieja Caracas-La Guaira lo condenó al desuso, pero aún ofrece excelentes miradores naturales. La primera parada es la capilla Campo Alegre, levantada en el sector homónimo en 1950.
Uno de las metas de Fundhea es facilitar el desarrollo de las comunidades asentadas en cada ruta, por eso el recorrido se hace en los vehículos rústicos de la Unión de Conductores Castillos del Ávila. "Involucramos a los pobladores para incentivar su desarrollo. También somos conscientes de que hay personas sin la condición física para subir a pie", afirma.
A través de intrincados senderos se llega a la segunda estación, Los Dos Caminos, que permite la vista del centro-oeste de la ciudad y de los huertos de la población de Sanchorquís, enclavada en la montaña.
Los habitantes del Ávila viven de los cultivos de brócoli, cebollín, lechuga y flores.
El paisaje que esas plantaciones ofrecen forma parte del atractivo del recorrido, como lo demuestra la tercera estación, el pueblo de Hoyo de la Cumbre, donde la siembra se hace en terrenos sin cercas. "Cada vecino conoce los límites de su propiedad. Es distinto a Galipán, pues aquí aprecian el valor de la vida tranquila y no están dispuestos a cederlo a cambio de un turismo que implique depredación. Esto es turismo sustentable", asegura López.
En esa parada, los excursionistas pueden entrar a los huertos y disfrutar del frío en el punto más alto de la parroquia Maiquetía, así como comprar algo para merendar en la bodega.
El puesto de guardaparques El Fortín es la cuarta parada.
Hasta allí llegan los rústicos.
En la meseta están las ruinas de la fortaleza de San Jorge de La Cuchilla, que data de 1770 y fue demolida en la guerra independentista. "Realistas y patriotas destruían los fortines después de perderlos, para que el oponente no pudiera usarlos", relata.
En la cumbre es posible acampar. "Aquí llegan muchos excursionistas y realizan convivencias espirituales", afirma José Martínez, guardaparques. El lugar se presta para ello, pues hay una ambiente de paz aderezado con la visión del intrincado sendero que conduce a la última estación, el fortín Castillo Negro.
La Atalaya es el pasaje que separa ambos fortines. Media hora de caminata por un sendero de espesa vegetación conduce a la cima en Castillo Negro, a 1.500 metros sobre el nivel del mar. La subida no es fácil, aunque no es necesario ser deportista para alcanzar la meta. Al final, el paisaje es la recompensa, pues del fortín sólo quedan los cimientos.
El lugar es adecuado para descansar e hidratarse ante una vista que magnifica su esplendor al atardecer: el rojo del ocaso impregna mar y ciudad lentamente, hasta transformarse en el negro que obliga a emprender la bajada. A 15 minutos de caminata, los rústicos esperan para llevar a los excursionistas hasta la estación El Silencio del Metro.

La ruta Los Fortines del Ávila al Atardecer es un es un paseo que pocos venezolanos han disfrutado. Desde ese punto de la montaña se puede contemplar de un lado a una Caracas encantadora y del otro la imponente vista al mar en La Guaira. Los Recorridos, propicios en tiempos de vacaciones, son organizados por la Fundación Historia Ecoturismo y Ambiente, que cumple cuatro años de fundada.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Redescubriendo a la Sultana del Ávila

Por: Perla Castro Izaguirre. 

(http://conmaletaenmano.blogspot.com/2011/07/redescubriendo-la-sultana-del-avila.html)

Vista del Casco histórico de La Guaira
Soy de las que me quejo de Caracas y de las que la vive comparando con Bogotá, con Lima, con Baires, con Madrid, con… (y la Colonia Tovar)  Pero hoy, gracias a Derbys López de FUNDHEA (Fundación Historia Ecoturismo y Ambiente) por enseñarme a través de su hermoso programa educativo “Rutas Ecopatrimoniales”, que el problema no es Caracas, sino los caraqueños.

Vengo de la experiencia extraordinaria de pasearme por Medellín y Bogotá de la mano de unos guías de excepción. Gente preparada que me contó la historia de esas ciudades de una manera tan sabrosa y amigable que la hice mía. Lamenté entonces el no poder ofrecer ese mismo tipo de experiencias en Caracas. Y es que estamos tan saturados de cosas malas, que las buenas parecen estar embasuradas, enmohecidas  y son vistas de soslayo. Pregunta a algún caraqueño algo que resaltar de Caracas, y el costará encontrarlo. Pues bien, como nada es casual, en su 444 aniversario, debo disculparme al menos virtualmente con la ciudad en la que nací y en la vivo, y compartir con ustedes las cosas maravillosas que aún la Sultana del Ávila tiene por mostrar a los ávidos de tradición e historia.

6 rutas, una ciudad
 
Algunas casas de Casco histórico de La Guiara restauradas
FUNDHEA (Fundación Historia Ecoturismo y Ambiente) nació de la inquietud de conservar la tradición oral del eje Caracas-La Guiara. Inicialmente, la idea se llevó a las aulas en forma de charlas y conferencias, pero la verdad es que la historia, no es que tenga muchos fans. No obstante, el grupo insistió y combinaron sus dotes excursionistas con su amor por la historia y… gooooolll (bueno, lo usual era decir ¡Bingo!, pero en vista de los acontecimientos recientes, pues…) El caso es que, dieron en el punto, y contar la historia en el mismo lugar de los acontecimientos fue tan atractivo que decidieron crear varias rutas en las que no solo pudieran compartir esas anécdotas que se dejan a pie de página, sino que además les permitiera sembrar en quienes les acompañaran su amor por la naturaleza y su sentido conservacionista.

La primera ruta creada fue La Guayra Ecopatrimonial. Siendo guaireños no podían empezar por otro lado. Esta visita por el casco histórico de la Guaira muestra al turista una visión interesante que rescata de la desidia casonas que datan del siglo XVIII y que, con todo sus fachadas derruidas y enrejado corroído por el salitre, hablan de un pasado pletórico y emocionante con héroes que no están en los libros. Este paseo que dura aproximadamente medio día, y que se inicia en la Plaza Vargas, llega hasta los Fortines de El Vigía y San Carlos, desde los cuales se resguardaban el puerto de los ataques de los piratas.


Paseo El Calvario
La segunda es La ruta de El Calvario (o El ego de dos presidentes) Se inicia en los torniquetes del metro El Silencio, y desde allí se realiza una caminata hacia una de las primeras intervenciones paisajísticas de Caracas, el Paseo Guzmán Blanco, hoy conocido como El Calvario, cuyo nombre data del siglo XVII, cuando se realizaban peregrinaciones con velas hacia la empinada cima de esta colina.

No obstante, una de las cosas que se descubre en esta travesía citadina es que el paseo fue construido en el siglo XIX por encargo del presidente Antonio Guzmán Blanco, quien contrató a paisajistas franceses para su diseño. Guzmán Blanco le añadió una pequeña capilla de estilo gótico francés. Posteriormente, el presidente Joaquín Crespo completó el conjunto en 1885 y ordenó la construcción de otra capilla, la cual fue dedicada a la Virgen de Lourdes, construyó las Graderías de Colón, que hoy conocemos como Las Escalinatas del Calvario y el Arco de la Federación para conmemorar la Guerra de Federación. El paseo dura unas 5 horas y el bagaje informativo le hará sentir que usted es nuevo en Caracas.

Vitral de Guzmán Blanco en Logia de Caracas
Tras la huella de Guzmán Blanco es la tercera ruta. Se inicia en la Plaza Bolívar pues fue bajo el gobierno de Guzmán Blanco que se inauguró.  Esta plaza tiene una historia bien particular. Su inauguración estaba planteada para el 28 de octubre de 1874, pero el barco en donde venía la estatua ecuestre de El Libertador que hoy la luce, naufragó frente a Los Roques. Lo empecinado de este presidente que quería convertir a Caracas en una pequeña París, hizo que se rescatara la encomienda y fuese posible que esta inauguración se diese a penas una semana después (07 de noviembre) Historias por el estilo lo acompañarán en un recorrido que los llevará por e Boulevar del Panteón, la Plaza Falcón, el Museo John Boulton (en el que hay una gran colección de Guzmán Blanco) y hasta la mismísima Logia Masónica de Caracas. Duración: medio día.

Cuarta ruta: Fortines del Ávila. Esta es el sueño de aquellos que quieren sentirse montañistas sin serlo. El espectáculo visual que se experimenta en ella, pues permite ver Caracas y Vargas al mismo tiempo, no tiene precio. Pero lo maravilloso es que, FUNDHEA convirtió una ruta de 9 kilómetros solo apta para personas con entrenamiento físico, en un paseo al que puede tener acceso desde un pequeño de 4 años a un adulto de 80. 

La travesía se inicia en la Plaza La Pastora. Desde allí un rústico sube a los participantes hasta el Fortín de la Cumbre y desde allí hay una corta caminata de 1 hora y 45 minutos que los lleva por lugares como La Atalaya, Castillo Negro y el pueblo de Hoyo de la Cumbre. 

La experiencia es sobrecogedora, pues en este último lugar verá algo único: sembradíos sin cercas, pues sus habitantes, que conservan los hábitos de sus antepasados y respetan los límites sin necesidad de parcelamientos. Tiempo: 1 día. Se baja de El Ávila de la misma manera en la que subió. 

El camino viejo español al mar es la quinta ruta. Este si exige buena forma física pues contempla una caminata de 4 horas en pendiente. Al igual que anterior se llega al Fortín de la Cumbre en rústico y de allí en adelante se camina hasta Maiquetía. Este recorrido se hace por los vestigios de lo que fue el sistema de defensa del Puerto de la Guaira y la Ciudad de Caracas. El paseo incluye el camino empedrado, La Posada de La Venta y la Hacienda El Guayabal.  Full day.

La última ruta, y quizás una de las más interesantes es El Picacho de Galipán o El camino del pirata. El rústico que parte de Plaza La Pastora lleva a los excursionistas hasta la boca del Tigre de Galipán. De allí se hace una caminata de 20 minutos hasta la punta del Picacho (que está 1 mil 900 metros sobre el nivel del mar) Esta ruta no solo le permitirá disfrutar de una maravillosa vista del 70% del Estado Vargas, sino conocer leyendas históricas y místicas ligadas a este cerro. Una de ellas, quizás la más interesante tiene como centro al pirata inglés Amyas Preston quien, junto a sus secuaces, intentó invadir a la naciente capital de Venezuela, pero se topó con un anciano llamado Alonso Andrea de Ledesma, hazaña que dicen que inspiró a Cervantes a escribir su famoso libro El Quijote. 

Entonces, cree usted no tengo o no razón para reinvindicarme con Caracas? Sé que no soy la única, pero desde ya me pongo en marcha para hablar con detenimiento de cada una de estas rutas y descubrir otras. Por lo pronto, les dejo los datos de FUNDHEA para que se animen, y capaz en una de esas, coincidimos en una e intercambiamos notas. 

FUNDHEA
Telf: 04164130136/ Email: fundhea@hotmail.com


Datos importantes sobre el trabajo de FUNDHEA 

- Sus recorridos forman parte del Manual Iberoaméricano de Buenas Prácticas de Turismo Cultural. Qué implica eso? Pues que usted va seguro durante cada uno de los recorridos, tiene asistencia médica si la necesita, y va acompañado por excursionistas experimentados 

- Aunque ninguno de sus 12 integrantes es arquitecto, forman parte de Restauradores Sin Fronteras 

- Son una ONG de financiamiento propio, y en la actualidad necesita de mucho apoyo en cuanto equipos (computadoras, radios, teléfonos, etc.) y entrenamiento en redes sociales para que su labor siga siendo difundida y más y más personas puedan disfrutar de sus servicios. Acá insto a que ponga su granito de arena y ayude en lo que pueda en este tremendo trabajo que bien merece ser potenciado