Por Andres Rojas
Una colina en el oeste de caracas sirvió para que uno de los presidentes más emblemáticos de la Venezuela
del siglo XIX, el general Antonio Guzmán Blanco, se le ocurriera evocar los
parques de parís en la tropical capital. es lo que por más de 100 años se
conoce como el paseo el calvario, en remembranza al monte donde Jesucristo fue
crucificado.
en 1883, con motivo de los actos del primer centenario del
natalicio del libertador simón bolívar, el gobierno inauguró aún sin terminar
el parque guzmán blanco, por supuesto en homenaje al autócrata. no obstante, el
proyecto sólo se pudo concluir 12 años más tarde –en 1895- cuando otro presidente, esta vez el general joaquín
crespo lo reabrió con el nombre de paseo independencia con la inauguración de
uno de sus símbolos: el arco de la federación, que terminó siendo una pequeña
inspiración del arco de triunfo de parís.
más allá de la historia, el calvario ha pasado momentos de
abandono, de asedio por parte de la delincuencia, intentos de rescate durante
los gobiernos militares y democráticos que tuvo Venezuela en el siglo xx.
a partir de 2010, la
alcaldía del municipio libertador emprendió un proceso de remozamiento y
rescate como parte de un plan para recuperar espacios públicos en caracas. si
bien se le mantuvo su tradicional nombre de el calvario, la autoridad local
decidió agregar el nombre de Ezequiel Zamora, en homenaje al general que
promovió la lucha de la federación a mitad del siglo xix.
tanta vinculación del
parque al poder motivó a los promotores de la fundación historia, ecoturismo y
ambiente, conocida como Fundhea por sus siglas, quienes se dieron a la tarea de
promover los fines de semana un recorrido de casi cinco horas por el calvario,
bajo el sugestivo título de “el ego de dos presidentes”, haciendo referencia a
las motivaciones que tuvieron guzmán blanco y crespo para mostrar este parque
como parte de sus obras.
la caminata culmina en el “café Venezuela”, donde se puede tomar cualquier de las modalidades de café: guayoyo,
marrón, negro, con leche o “café-helado”. degustar una torta de auyama
(calabaza) o los populares tequeños (pasteles rellenos con queso). las
actividades de Fundhea se pueden conocer y seguir por su dirección en Facebook.
una reflexión final:
más de un caraqueño dirá que quizás el abandono de el calvario durante varios
gobiernos quizás se debió a que sus presidentes tenían el ego muy pequeño.