jueves, 21 de agosto de 2014

Doctor Knoche: leyenda y cultor de muerte


Daniel Palacios Ybarra - @dapy_
Por la Caracas Posible

No todo está dicho. Por angostos e inescrupulosos senderos de la vertiente norte de El Ávila se guarda muy bien la historia de Gottfried August Knoche: médico de origen alemán, conocido por inmortalizar los cuerpos de pacientes no reclamados del Hospital San Juan de Dios, en La Guaira, haciendo uso de una sustancia que permitía momificarlos. Sus incipientes prácticas fueron ejecutadas tras obtener la reválida de su título en la Universidad Central de Venezuela, en 1845.

Su laboratorio, devenido en ruinas, sigue incrustado en el inmenso verdor vegetal del parque nacional, hacia los lados de Galipán donde tenía su hacienda Buena Vista. Quienes entran al oscuro recinto -de unos dos metros de altura- se aproximan al mismo lugar que Knoche hizo su lecho, para burlar el proceso natural de descomposición humana y experimentar con un líquido que permitía secar los órganos, sin ninguna otra intervención.

Para él no había imposibles. Amante y cultor de la muerte, su clara obsesión lo llevó a vestir sus momias hasta exhibirlas, cual obras de arte, en las áreas comunes de su casa. Así ocurrió con el fundador del periódico liberal El Venezolano, Tomás Lander, cuyo cuerpo permaneció vestido y sentado por más de cuarenta años en la biblioteca del enigmático galeno. Sin duda todo un atrevimiento en un país de arraigadas costumbres católicas, practicante de la sepultura como umbral de vida eterna.

ETERNA MORADA

Otros cuerpos fueron colocados en un mausoleo que el científico alemán ordenó construir a unos 100 metros de su casa. Ahí recreó sus inquietudes para contemplar eso que el destino tiene a todos deparado. La estructura aún conserva seis criptas de mármol donde reposaron los restos de sus familiares disecados, incluyendo los de su esposa, hija y yerno.
El resto de las momias se exhibían en las afueras de su casa para espantar a los intrusos, entre las que se cuenta la del soldado de la Guerra Federal, José Pérez. Una insigne figura del Panteón Nacional fue preparada por Knoche. Se trata del Presidente Francisco Linares Alcántara, también fue momificado por el médico alemán.

Cuenta la leyenda que Gottfried August Knoche conservó una porción de su sustancia, que sirvió para embalsamarlo, cuando la  muerte encontró eterna morada en su humanidad el 2 de enero de 1901, a los 88 años. La sustancia sería colocada por una prima que vivía con él y que lo ayudó a cumplir su voluntad.

Se cree que su cuerpo, al igual que el de sus hijos que también se arraigaron en Venezuela, fueron profanados por personas que, quizás sin saberlo, cercenaron el hilo conductor de una historia que aún no llega a su fin.


CAMINO A LAS RUINAS

Su casa, ahora convertida en templo, es visitada por turistas que emprenden un dificultoso camino a más de 1.000 metros sobre el nivel del mar, para conocer las ruinas donde estaban las momias de Knoche. Seducido por esta leyenda urbana y por el inmenso mar que se avizora en el trayecto hacia la morada de Knoche, José Cortez conoció el mausoleo en una excursión de la Fundación Historia Ecoturismo y Ambiente (Fundhea).

“Apenas supe de las ruta hacia Galipán y me entusiasmé para conocer las ruinas bajo la guiatura de Derbys López, quien preside Fundhea. Desde el propio lugar donde Knoche momificaba sus cuerpos no sólo conocimos la historia oscura que todos conocen, sino también ese lado humano de un médico, muy adelantado para la época, que vino a Venezuela prestar su servicio”.
Otros más escépticos piden que se aclare la historia. “Sería conveniente que desde Venezuela se articulen esferzos desde Venezuela con la Embajada de Alemania para dar con la verdad sobre este personaje que, si bien trajo desarrollo a Venezuela, tenía una rara inquietud por la muerte, dando lugar a muchas conjeturas que deben aclararse para que exista consenso. De cualquier manera, es un personaje que enriquece mucho más nuestro que Ávila, que también tiene sus propias leyendas y sus propias momias”, señaló Nilka Lois, quien ha visitado un par de veces las criptas del doctor Knoche.


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