lunes, 29 de enero de 2018

El Calvario


Capilla de Lourdes
Del reflejo a los destellos de un sol de mediodía es lo que percibo a mi salida de la estación de Metro de Capitolio, logro esquivar a quien con el paso no apura su ritmo y comienzo a percibir distintos ecos que entre sus afluencias no logro determinar de donde vienen, sigo y evado a quien paro un día a vender bebidas gaseosas e hizo esa esquina su lugar de negocio; más adelante tropiezo con quien su apuro no tolera a quien intenta aguantarlo y más allá una bocina intenta quitar de su camino a quien se comió una luz de semáforo. 
Las 90 Escalinatas del Calvario
Espero por la luz de paso peatonal para poder cruzar la Avenida que lleva el nombre del primer latinoamericano en ocupar un sillón en la Real Academia Española como lo fue Rafael María Baralt, para lo cual ni importa ya que a todas esta es la Baralt y para quien camina por ella detenerse es perder su tiempo que al fin y al cabo es de oro. Una vez cruzada sigo al paso común y entre la multitud percibo los gritos de quien ofrece una salida inmediata al litoral ya que son solo 2 puestos los que quedan y en 40 minutos deben estar ya recogiendo pasajero en La Guaira para poder cubrir los viajes del día. Ya al llegar al "Liceo Fermin Toro” donde por décadas fue el cultivo de la Juventud Comunista de Venezuela y de sus pupitres salio Ilich Ramírez Sánchez mejor conocido como Carlos El Chacal allí me detengo, percibo la brisa proveniente del oeste y veo 90 escalones, un túnel y entre las ramas de árboles la capota de un arco...
Arco de la Federación

Son varios nombres a los que han intentado renombrar a este cerro y que culpa no debe tener quien lo intenta ya que son tantos los acontecimientos ocurridos en esta colina que después del Avila es el mejor lugar para contemplar la ciudad.

Comenzó siendo el lugar donde cada semana santa llegaba el “Vía Crucis” que salía de San Jacinto y que en 1613 el Obispo Diego de Bohórquez lo bautizó como cerro "El Calvario".
Estatua de Ezequiel Zamora
Sólo un Ilustrado como Guzmán Blanco podía dejarse seducir por sus largas estadías en Europa y poder imaginar que entre esa Caracas de techos rojos podía resaltar un parque al estilo del Monceau de París y alimentar su afán de occidentalizar la Cultura y el aspecto pueblerino de la ciudad de Caracas. De ser un Campo Santo pasó a ser un Paseo al que Guzmán Blanco identificó con su nombre y sin embargo, por su mente no pasó que esta ambición egolátrica perduraría por mas de un siglo y que hoy representa un refugio de quien intenta escabullirse de la ciudad que queda abajo.



Para visitar El Paseo "El Calvario” la conservación es el único pago que debes dar para poder entrar, sin embargo si lo que buscas es un recorrido cargado de historia ahí les dejo a la gente de Fundhea (Fundación Ecoturismo y Ambiente) quienes entre sus distintos recorridos cuenta con una Ruta llamada "Paseo el Calvario, el Ego de Dos Presidentes", ruta dentro de la cual el amigo Derbys López te hará disfrutar de un hermoso paseo y revivir esos momentos históricos acontecidos en esta colina.

Fuente: https://jsg2.jimdo.com/212-ccs/el-calvario/

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