martes, 23 de enero de 2018

Paseando por La Guaira


Desde hace algún tiempo quería caminar nuevamente por las bellas calles coloniales de La Guaira, refrescarme con las ventanas de sus casonas, sus lindos colores y su nostálgico ambiente. La publicidad de FUNDHEA me animó y me decidí. Que arrepentida estoy por no haberlo hecho antes y que maravilloso es redescubrir la cara linda de La Guaira, extasiarse ante los frontales de lindas casas que tuvieron tiempos mejores: horas de serenata, noches de luz y de bellas damas sentadas en sus ventanas oyendo los dulces piropos de sus enamorados.
El encantador Derbys López y sus compañeros son muy buenos guías, amables, atentos, animados, cariñosos, parlanchines y desenvueltos: sus amenas explicaciones, sus constantes y chisposas anécdotas nos van abriendo el verdadero rostro de La Guaira. La impecable Biblioteca José María España, donde su personal realiza una callada y meritoria labor manteniéndola lustrosa y bien equipada. La muy llamativa Casa Guipuzcoana, emblema de La Guaira, merece, junto a todo el boulevard que la rodea, convertirse en un excelente destino turístico, especialmente dedicado a visitantes curiosos de historia y de las múltiples vivencias de su pasado glorioso.
El gozo que sentimos al ver la construcción de un hotel boutique y la presencia del “ Restaurante … en una de esas lindas calles, despierta la esperanza de su definitivo e inmediato desarrollo turístico. La amabilidad de quienes atienden los locales donde nos refrescamos y la alegría de los vecinos al ver caminando a un grupo de turistas, nos llegó al corazón. Muchos guaireños son potenciales guías turísticos, por ejemplo, el señor “Araña” en la Plaza Vargas con su alegre aspecto callejero es un anfitrión natural, al igual que su grupo de compañeros que escuchaban música y bebían su fría.
La visita a los fortines San Carlos y El Vigía, donde nos imaginamos las vivencias coloniales, independentistas y republicanas de sus paredes, pasillos, plazas y garitas, merecen ser convertidos en un lugar de preferida visita por los turistas que, embelesados, admirarían su rica historia y la fabulosa vista que desde ahí se admira. Aquí se puede desarrollar un punto de visita sostenible de primer orden, capaz de crear y mantener decenas de empleos. El final de nuestro recorrido fue en el “Bar Miami” para probar las exquisitas “guarapitas” preparadas por su sonriente dueño y disfrutar de la simpatía de su clientela, donde conocimos al inolvidable y simpatiquísimo personaje Carlos Sánchez, beisbolista, actor, cantante, guitarrista, quien nos hechizó personificando con su canto, simpatía, sonrisa y amabilidad a la “Gente de Vargas”. Pleno quedó mi corazón por todo lo vivido y con ganas de repetir la ruta eco turística de FUNDHEA.

Julia Penso

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