domingo, 21 de enero de 2018

LOS SECRETOS DEL WARAIRA REPANO

27 de mayo de 2014 

Por más de trescientos años fue la única vía para comunicar el puerto de la guaira con caracas. Hoy los recodos del camino cuentan su historia. Basta hacer un alto en el recorrido para escuchar. una manera diferente y sana de conectarse con la ciudad

Por: Kay Yam Hung
Fotografías: Camile Briceño

La Fundación Historia, Ecoturismo y Ambiente (Fundhea) es una asociación civil creada el 15 de julio de 2007 que se dedica a la protección y difusión del ambiente y del patrimonio histórico cultural, la recuperación dela memoria urbana a través de la fotografía y la enseñanza de la historia oral.
Han creado varias rutas para explorar senderos que tienen mucho que contar, entre ellas la ruta Humboldt y el Camino Real. En este recorrido se le sigue la huella a Alexander von Humboldt, naturalista y científico alemán que vino a Venezuela a inicios de siglo XIX. En su tránsito por Caracas queda maravillado por el sendero que une a la capital con el puerto de La Guaira. Algunos cronistas aseguran que el camino ha tenido diversos nombres: Camino a Caracas, Camino a la Mar, Camino al Puerto de San Pedro de la Guaira, Camino Real o Camino Viejo. Durante tres siglos fue la única vía que unía a las dos poblaciones y servía para el transporte de personas, alimentos, bienes y cualquier material necesario para la colonización de Venezuela; también fue la ruta por donde muchas de nuestras riquezas se fueron.
Parejas, familias y jóvenes están presentes para embarcarse en la ruta Humboldt y el Camino Real. “¿Qué recuerdan de la historia?”, pregunta Derbys López, director de Fundhea, en la plaza La Pastora. Un silencio se hace presente. Y es que nos han enseñado que la historia es aburrida y por lo mismo no se nos queda grabada. Sin embargo, con este paseo, aparte de disfrutar del ambiente, se aprenderán trozos de historia en los lugares donde ocurrieron.
Antes de salir, nos dividimos en dos grupos. Emocionados y con muchas ganas de aventura, subimos a los rústicos. Nuestra primera parada fue en el pueblo Campo Alegre, cerca de una pequeña capilla de color rosado y blanco en la que cada tres domingos se realiza una misa. Nos bajamos y exploramos el sitio: unos toman fotos a las flores o se extasían con el sendero; otros elevan oraciones y casi todos compramos helados en la casita que está al frente. Pocos minutos después nos hacen un llamado para reunirnos en las banquetas que han escuchado sermones desde 1950. En esta oportunidad nos toca a nosotros escuchar, pero no un sermón. Maravillados, atendemos el relato de acontecimientos que la mayoría ignoraba. Uno de los más sorprendentes, quizá, se relaciona con la historia de la primera carreta que transitó esos senderos: la que trasladaba los restos de nuestro Libertador.
El pueblo se llama Campo Alegre porque era el sitio donde los viajeros se detenían para acicalarse. Es que, después de tan largo viaje, necesitaban limpiarse y arreglarse un poco antes de entrar a la ciudad. Los abuelos lo mientan el sitio “donde se lavan las patas”.
Siguiente parada: el Fortín de la Cumbre. Como por arte de magia aparece y desaparece la neblina, dado que estos caminos se encuentran justamente donde ocurre un fenómeno meteorológico denominado confluencia de vientos. Allí descubrimos las ruinas del fuerte que nos protegía de los ataques piratas o de aquellos que querían apoderarse de nuestras riquezas. Bueno, los españoles ya lo hacían, pero según ellos “nos descubrieron”.
Proseguimos la aventura. Más adelante nos detenemos en medio de uno de los senderos para recibir la explicación de cómo se levantaban aquellos caminos. Porque no piensen ustedes que bastó con colocar un montón de piedras al azar; para nada fue así. Se realizó un trabajo arduo para que las aguas de la lluvia pudieran fluir de manera que el camino no se estropeara a causa de la erosión. Del mismo modo colocaron barricadas para evitar que el cerro se viniera abajo y dañara aquel trabajo.
Durante mucho tiempo estos caminos estuvieron abandonados. Solo eran conocidos por los deportistas extremos que se adentraban en los bosques del Waraira Repano.
Fuimos luego hasta las ruinas de una de las “ventas”. Así llamaban a las posadas que servían de refugio a los viajeros. Si llegan a ir, usen repelente para insectos y tengan mucho cuidado donde pisan porque hay unas hormigas que no perdonan.
Muchos de los historiadores afirman que en esa “venta” fue donde Humboldt se alojó durante largo tiempo, algo que no parece ser tan cierto a juzgar por lo que él mismo afirmaba: que desde allí podía verse el Mar Caribe. En el sitio donde estábamos solo se veían montañas y árboles.
Más adelante, ya en la población de La Guaira, nos detenemos en la Hacienda Guayabal*, antiguamente llamada Alvarado, una de las posadas más famosas, a decir de Derbys López. Aún pueden reconocerse en ella los cuartos, la cocina y la sala. Durante la exploración el guía asegura que detrás de toda la neblina que nos arropa puede verse el azul del mar.
Al final de la ruta no conseguimos llegar a nuestra última parada, el Fortín del Salto, porque la lluvia lo impidió. Y es que cuando el camino se anega se hace extremadamente peligroso transitarlo. El tiempo lo empleamos en disfrutar un par de horas más de ese mágico lugar.
Pocos detalles más les daré acerca de ese día: ¡tienen que vivirlo! Tómense un descanso del centro comercial, del cine, del consumismo y aventúrense a conocer una historia acerca de nuestras raíces, acerca del origen de la ciudad.
Pisen el mismo suelo que pisaron los fundadores de la patria, los conocidos y los ignorados.



AVENTÚRATE EN LAS OTRAS RUTAS

–Ruta La Guayra Ecopatrimonial: plaza Vargas, antigua calle El Comercio, Casa Guipuzcoana, Muchinga, calle Bolívar, Fortín San Carlos, Fortín El Vigía y Casa de la Pólvora.
–Ruta El Teleférico Fantasma: antigua estación San José y cerro Loma de Caballo.
–Ruta Paseo El Calvario, el Ego de Dos Presidentes.
–Ruta Tras la Huella de Guzmán.
–Ruta Los Fortines del Ávila. Esta última tiene dos subrutas: Ruta Los Fortines del Ávila con Abuelos y Ruta Los Fortines del Ávila al Atardecer.

Puedes informarte de los siguientes paseos a través de:
www.facebook.com/Fundhea
@fundhea
Tlf: 0416-4130136
AVENTÚRATE…

Fuente: Revista Epale Ccs, 25 de mayo de 2014, edicion 81,año 2
http://www.ciudadccs.info/wp-content/uploads/2014/05/24/epaleccsN81_web.pdf


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